11.10.07

BITACORA CUNETERA



No escribas nada si no te aplastó la vida con su peso muerto, si no tienes cicatrices de tiempo que te fueron dejando todos esos días vagabundeados sin ton ni son por los pabellones del gran shopping que es el mundo o si de casualidad o porque estabas distraído no fuiste testigo cuando a otros los arrasaban, los labraban con todos esos aparatos del demonio que la tecnología cría y seguirá criando hasta completar los objetivos del siniestro plan que algún día, algunos de nosotros, sabrá exactamente como se diseñó.

Soy todos esos héroes inventados por amigos desconocidos: no me canso de ver las películas de Scorsese que cuentan las historias que yo hubiera contando. Soy Joe Pesci pateando las cabezas de quienes me faltaron el respeto en Los Buenos Muchachos, estoy gatillando mis pistolas sobre los proxenetas en Taxi Driver, porque fracasé en mi intento de asesinar al presidente, el psicópata que corrompe a la nena metiéndole el dedo en la boca en Cabo de Miedo y también fui cualquiera de los muchachitos aprendices del delito en Calles Peligrosas…

Soy el río primaverante que fluye torrentoso en las páginas de Primavera Negra de Henry Miller, ese río que penetró mi vida inundando mis prejuicios, aliviando mis dolores, proponiendo nuevas aventuras y viejas humillaciones; soy William Burroughs que se introdujo como una jeringa en mi mente inyectando la sutil paranoia de los fantasmas alienígenas que nos habitan, esa búsqueda imposible del proyector de imágenes que estructuran esta pesadilla convivencial del mercado común parejístico familiar societario…

No tengo un pico que ver con maricones sicoanalizados, soy ese borracho, ese tipo que se parece a un mono, que se emborracha todos los días y cada tanto le chupa la concha a una mujer.

Para nosotros que no tenemos un pedo de ganas de que nos lo cuente Joyce o Proust con sus 2.654.345 detalles, para nosotros que se nos ha roto la silla donde estábamos sentados frente a la puerta de la eternidad, esperando la oportunidad de jugarnos el tiempo y lo perdimos, ya no nos queda tiempo para apostar en entretenimientos literarios, no queremos que nos distraigan mientras miramos y estudiamos este siglo de aburrimiento que han empezado a proyectar sobre las pantallas de todo el mundo, no nos distraigan con pajerías literarias.

Escribimos porque no queda otra. Hay que estar loco para creer que la literatura es importante, que la poesía es trascendente, que el artista no es algo que salió por el mismo hoyo desde donde salen las albóndigas y los tornillos.

Escribir es pura mierda. Todo escritor sabe que tiene que irle muy mal en la vida para escribir algo más o menos decente. Eso es el escritor: un jodido desgraciado que le reza a las entrañas para que transforme los pedos en palabras, que le ruega a su carne que haga fracasar los planes de la bestia.

¿Por qué escribes? Porque no hay aventuras ni barcos piratas y la guerra que hay declarada no tiene bandos ni pandillas ni hordas ni héroes y sólo es un saqueo permanente e invisible de tu combatividad. Y además no te llevas bien con las mujeres.

No queda otra cosa que escribir. Y llevas tu orgullosa navaja lustrada como zapatos de baile, listo a golpear a los maricones con guardaespaldas porque tienen miedo porque no tienen lo que tú chorreas: sangre y huevos; esos que venden vales para que compres esas chorradas mariconas que tanto te gustan.

Voy esperando que un poco de refrescante sangre corra por los rayos catódicos de este perverso complot y te moje los ojos.

La sangre es la única poesía que fluye como un río y por donde alguna vez nos escaparemos de noche, hasta perdernos para siempre…

¡JA!

Lancelot Lhin (gracias Symns)

P.D.: Buuuuuuuu!!!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Señor Lancelot, su tono es de los viejos resentidos, para que citarlos, si todos saben quienes son. La literatura es mucho más que una especie de diario de vida de un matón que quizo ser escritor.
Lector furioso.
( Hay sangre y eso da la posibilidad de algo especial )

Anónimo dijo...

me gustaría verte antes que derrumben el hogar.

Un abrazo

(la próxima semana me voy al norte nuevamente....pero vuelvo, siempre vuelvo)

Violeta

Anónimo dijo...

¿De qué chucha están hablando estos astronautas en celo orbitando alrededor del prepucio del otro mundo? Pajas, pajas, nada más que puras pajas...ke yiko, no?

Robespierre

Anónimo dijo...

A decir verdad, y muy verdad, me encantan los resentidos con ganas dajar la cagada por el puro antojo de ver la cara de poto con diarrea que ponen los entes amorfos y gelatinosos que se adaptan tan puteramente bien a sus ociosas, vacías y pretensiosamente ridículas poses de escritores-con-talento-incomprendidos-por-la-crítica, con su discursito seudo hermético y elegantoide como el ano rasurado de un vampiro cursi ofreciendo un beso negro a su polola/o calva/o...auahh! Los amantes de lo especial, único y original, los asexudos zombies del carrete alternativo, son pa´la risa (o pa´la pena, ud. elige) a la macabra hora del auténtico desenfreno de los cuneteros de corazón: no cachan ni una, es que la mayoría de las veces la PUTA VIDA no responde a los scripts mamones de una película de cine arte. Sorry, Sr.Rimbaud, se va a tener que ir a pata, la micro ya no llega hasta Ñuñoa...

Anónimo dijo...

Me parece excelente que plumas tan singulares se den cita en el testimonio absoluto de la complacencia; ver como las grullas caen a pedazos mientras emigraban al sur, escapando del armagedón. A punta de mandobles verbales de hoja sucia y sanguinolenta escapan las alimañas que otrora tiempo lanzaban piedras desde la foresta.

Ulyses

Unknown dijo...

Sí, la muerte, LA MUERTE, es el límite, el sueño victorioso, la locura como suprema razón del deseo...
Y la vida... es un maldito y casi eterno punto suspensivo entre coño y coño, una vil excusa para el sol y las tinieblas, la máquina jugosa que fabrica huérfanos y bastardos, LA VIDA, puajh! I LIKE IT SO MUCH cos she dón´t love me at all...

PLEASE JUST GIMME SOME ABSINTHE TO SAVE ME FROM FUCKING ALONE!!