Cayendo.
Cruzando.
Este ya abarrotado
ya medio vacío
devastado
Salón de ánimas.
Miro, por una rendija
la ciudad desde lo alto.
Me percato:
Todos, todos, caemos
en este ascensor
sin cables y sin frenos
de vasta y escombrosa superficie
que apesta a rosas y a vinagre.
Su antigua factura me habla
- ¿qué buscan, dichosas pérdidas?
Indago la respuesta,
miro a mi alrededor
- Una salida.
Todos medio extraviados
han olvidado la causa de su destierro
-nos estrellaremos?
- no lo sé, me hicieron para caer.
Hacia dentro ni se miran ni se desean
(¿qué me ha despertado?)
Sus roídas aristas se inclinan hacia mí
-estás acá desde el principio.
No desesperes.
qué antiguo es todo (aquí)
(¿qué me ha despertado?)
el recinto tiembla
Y crujen sus metales
En la caída.
Ciertamente
un rumor estruendoso lo atraviesa,
a punto de partirse en pedazos
silva y sube por mis huesos oxidados.
Miro hacia la ciudad,
No está más cerca que hace un rato.
Sin embargo caémos, tan rápido
(que lejos está)
Y ahora?
Deja
Deja
2 comentarios:
CAEMOS EN FUENTES,
señor en fuentes, que se venden
en el bazar
Asi como la expresion "aquello por lo cual vivimos y sentimos" tiene dos sentidos diferentes, asi tambien esta otra, "aquello por lo cual sabemos", designa dos cosas: por una parte la ciencia, y por otra, el alma, ya que tanto por la una como por la otra se dice que se sabe.
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