3.5.06











Cayendo.

Cruzando.
Este ya abarrotado
ya medio vacío
devastado
Salón de ánimas.
Miro, por una rendija
la ciudad desde lo alto.
Me percato:
Todos, todos, caemos
en este ascensor
sin cables y sin frenos
de vasta y escombrosa superficie
que apesta a rosas y a vinagre.


Su antigua factura me habla

- ¿qué buscan, dichosas pérdidas?

Indago la respuesta,
miro a mi alrededor

- Una salida.

Todos medio extraviados
han olvidado la causa de su destierro

-nos estrellaremos?

- no lo sé, me hicieron para caer.

Hacia dentro ni se miran ni se desean
(¿qué me ha despertado?)
Sus roídas aristas se inclinan hacia mí

-estás acá desde el principio.

No desesperes.
qué antiguo es todo (aquí)
(¿qué me ha despertado?)
el recinto tiembla
Y crujen sus metales
En la caída.

Ciertamente
un rumor estruendoso lo atraviesa,
a punto de partirse en pedazos
silva y sube por mis huesos oxidados.
Miro hacia la ciudad,
No está más cerca que hace un rato.
Sin embargo caémos, tan rápido

(que lejos está)

No desesperes


Y ahora?


Deja


Deja

Pablo Fuentes C.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

CAEMOS EN FUENTES,
señor en fuentes, que se venden
en el bazar

Anónimo dijo...

Asi como la expresion "aquello por lo cual vivimos y sentimos" tiene dos sentidos diferentes, asi tambien esta otra, "aquello por lo cual sabemos", designa dos cosas: por una parte la ciencia, y por otra, el alma, ya que tanto por la una como por la otra se dice que se sabe.