La sociedad del Espectáculo, Guy Debord (1967)
Capítulo 8 - La negación y el consumo de la cultura
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Al perder la comunidad de la sociedad del mito, la sociedad debe perder todas las referencias de un lenguaje realmente común, hasta el momento en que la escisión de la comunidad inactiva puede ser superada mediante el acceso a la real comunidad histórica. El arte, que fue ese lenguaje común de la inacción social, desde que se constituye como arte independiente en el sentido moderno, emergiendo de su primer universo religioso y llegando a ser producción individual de obras separadas, experimenta, como caso particular, el movimiento que domina la historia del conjunto de la cultura separada. Su afirmación independiente es el comienzo de su disolución.187
El hecho de que el lenguaje de la comunicación se ha perdido, he aquí lo que expresa positivamente el movimiento de descomposición moderna de todo arte, su aniquilación formal. Lo que este movimiento expresa negativamente es el hecho de que debe reencontrarse un lenguaje común -no ya en la conclusión unilateral que, para el arte de la sociedad histórica, llegaba siempre demasiado tarde, hablando a otros de lo que ha sido vivido sin diálogo real, y admitiendo esta deficiencia de la vida-, pero que debe ser reencontrado en la praxis, que reúne en sí misma la actividad directa y su lenguaje. Se trata de poseer efectivamente la comunidad del diálogo y el juego con el tiempo que han sido representados por la obra poético-artística.El desvío como negación
y como preludio
Internationale Situationniste
Aparecido en 1959 en Internationale Situationniste, # 3. Traducción extraída de Internacional situacionista, vol. I: La realización del arte, Madrid, Literatura Gris, 1999.
El desvío, es decir, la reutilización en una nueva unidad de elementos artísticos preexistentes, es una tendencia permanente de la vanguardia actual, tanto antes como después de la constitución de la I.S. Las dos leyes fundamentales del desvío son la pérdida de importancia -llegando hasta la pérdida de su sentido original- de cada elemento autónomo desviado, y la organización al mismo tiempo de otro conjunto significativo que confiere a cada elemento su nuevo sentido.
Hay una fuerza específica en el desvío que tiene evidentemente su doble fondo en el enriquecimiento de la mayor parte de los términos desviados por la coexistencia en ellos de sus sentidos antiguo e inmediato. Su utilidad práctica reside en su facilidad de uso y en las posibilidades inagotables de reutilización. A propósito del mínimo esfuerzo que permite el desvío dijimos ya (Modo de empleo del desvío, mayo 1956): "Lo barato de sus productos es la artillería pesada con la que se golpea en las brechas de todas las murallas chinas de la inteligencia". Sin embargo, esto en sí mismo no justifica el recurso al procedimiento que la frase anterior mostraba: "embistiendo de frente a todas las convenciones mundanas y jurídicas". Hay un sentido histórico del desvío. ¿Cuál es?
"El desvío es un juego basado en la posibilidad de desvalorización", escribe Jorn en su estudio Peinture détournée (mayo 1959) y añade que todos los elementos del pasado cultural deben ser "investidos de nuevo" o desaparecer. El desvío se revela así en primer lugar como negación del valor de la organización anterior de la expresión. Surge y se refuerza cada vez más en el período histórico de descomposición de la expresión artística. Pero, al mismo tiempo, los intentos de un nuevo empleo del "bloque a desviar" como material para otro conjunto expresan la búsqueda de una construcción más vasta en un nivel de referencia superior, una nueva unidad monetaria de la creación.
La I.S. es un movimiento muy particular, de una naturaleza diferente a las vanguardias artísticas anteriores. La I.S. puede compararse, en la cultura, por ejemplo a un laboratorio de investigación, y también a un partido en el que somos situacionistas y donde nada de lo que hacemos es situacionista. Esto no es una contradicción para nadie. Somos partidarios de cierto futuro de la cultura, de la vida. La actividad situacionista es un oficio definido que no ejercemos todavía.
Así, la firma del movimiento, la huella de su presencia y de su contestación en la realidad cultural de hoy, ya que no podemos en ningún caso representar un estilo común, sea el que sea, es sobre todo el uso del desvío. Se pueden citar, como expresiones desviadas, las pinturas modificadas de Jorn, el libro "totalmente compuesto de elementos prefabricados" de Debord y Jorn Mémoires (en el que cada página se lee en todos los sentidos, y las relaciones recíprocas entre las frases están siempre inacabadas) y los proyectos de Constant para esculturas desviadas; en el cine, el documental desviado de Debord Sobre el paso de algunas personas a través de una unidad muy corta de tiempo. En el estadio de lo que Modo de empleo del desvío llamaba "ultradesvío, es decir, las tendencias del desvío que se aplican en la vida social y cotidiana" (por ejemplo, las contraseñas o los disfraces, que pertenecen a la esfera del juego) habría que hablar, en planos diferentes, de la pintura industrial de Gallizio, del proyecto "orquestal" de Wyckaert para una pintura en cadena con división del trabajo en base al color y de los múltiples desvíos de edificios que se darán en el origen del urbanismo unitario. Pero sería también éste el lugar de las formas de "organización" de la I.S. y su propaganda.
En este punto de la marcha del mundo todas las formas de expresión comienzan a girar en el vacío y se parodian a sí mismas. Como los lectores de esta revista pueden constatar a menudo, la escritura de hoy tiene siempre algo paródico. "Hay que concebir", anunciaba el Modo de empleo, un estadio paródico-serio en el que la acumulación de elementos desviados, lejos de querer suscitar la indignación o la risa al referirse a la noción de obra original, sino enfatizando por el contrario nuestra indiferencia hacia un original carente de sentido y olvidado, se utilizaría para restituir una forma de sublime." Lo paródico-serio recobra las condiciones de una época en la que encontramos, de modo apremiante, la obligación y la casi imposibilidad de reunirse, de llevar a cabo una acción colectiva totalmente innovadora. En la que lo más serio se enuncia como una máscara en el doble juego del arte y su negación; en la que los viajes de exploración esenciales han sido emprendidos por personas de una incapacidad tan conmovedora.