"...Volvamos a Youtube, ahora. Tecleamos “MC5”, buscamos testimonios en video de la otra banda de Detroit considerada fundadora del punk.
El video de los MC5 en Beat Club. Improvisación libre sobre el tema de Kick Out The Jams. Iggy tiene el físico del rol, pero es más interesante ver como se mueve Rob Tyner, que viste de modo ridículo, tiene barriga, el pelo (no por casualidad) a lo afro, la cara de culo, y se mueve descoordinado-desgraciado-epiléptico-oligofrénico-torcido, a medias entre Jackie Wilson y el Jack Nicholson que se finge idiotizado después del primer electroshock en Alguien voló sobre el nido del cuco.
Y bien, aunque la falta de “gracia” de Rob Tyner, su moverse des-graciado y hoy ridículo, esté superado, es quintaesencialmente punk. A su lado, Wayne Kramer toca la guitarra tras la nuca, y es un tipo guapo, más o menos. Fred “Sonic” Smith (todavía no el marido de Patti) es también un tipo guapo, más o menos. Tyner no, Tyner es horrendo, y en eso anticipa el sentido punk de lo “sublime”, aunque su look sea terriblemente hortera, un modo de vestir que causará repugnancia a los nuevos punks.
En la práctica, ¿qué hay de punk en el modo de moverse de Tyner?
Es aquello que llamaríamos el “do-it-yourself del cuerpo”: no sé bailar, a duras penas sé poner los pies uno delante del otro, pero bailo-bailo-bailo y doy un giro, bailo-bailo-bailo sin respiro. No sé cantar, como mucho berreo, pero hago de cantante de rock’n’roll y es a la cara que te grito, ¡que te den pol culo! Soy horrendo pero me hago el sensual, y así en adelante.
Maravillosamente punk: como escribió Raul Mordenti del 77 romano, el punk llamará a escena a los ineptos, a los mongoloides, a los más feos (¡Shane McGowan!), gente que de otro modo no habría tenido la mínima posibilidad de conseguir un carajo. El punk es la venganza del garrulo feo como pegar a la madre. El punk es pegar a la madre.
Más tarde, con cierto hardcore muscular, culturista y salutista epitomizado por Henry Rollins, toda esta fealdad se atempera, pero al principio era bien distinto.
Escribe Greil Marcus en Rastros de Carmín (1989):
Hoy en día... resulta difícil recordar lo feos que eran los primeros punks. Eran feos. No había paliativos... Eran gordos, anoréxicos, cubiertos de pústulas, de acne, tartamudos, cojos, gente con cicatrices y heridas, y lo que su nueva decoración subrayaba era el fracaso ya grabado en sus caras.
¿Qué impulsa a un “feo sin paliativos” a mostrase, exhibirse, desencadenarse y exagerar (mandingo: “yasi”)?
¿Qué impulsa a Rob Tyner a sacudirse de ese modo?"
Wu Ming 1