23.10.07
Espero el día en que la poesía sea solo evidencia de existencia humana: El sujeto en ruinas hojeará el manojo de escrituras de nadie y valorará su simple presencia, llorará por sentir en ellas las entrañas anudadas de un vivo. Poesía es eso: letras bullentes sin pretensión multiplicadas caóticamente por la corteza de la tierra. Quien escribió jamás importará; espero el día en que ante la palabra derramada los egópatas estarán diciendo Yo soy el pensamiento y serán masacrados a palos por la masa informe de la poesía. Sus papeles se perderán tras muchos otros y alguien llorará al sentir en sus enmarañadas escrituras las tinieblas del pasado. Espero el día en que la embriaguez de quienes ya aguardan sentados en el bote a que las aguas suban, se contraiga en sus propias gargantas antes de darse cuenta, justo antes que pase el minuto pánico, y sus corpus queden congelados en abyecta posición para enseñar a futuras generaciones de qué es capaz la soberbia de algunos con tal de arrastrar al mundo a sus propios temerosos designios, espejos rotos por los cuales ven reproducido su reflejo.
22.10.07
17.10.07
A los rebeldes asturianos, en sentido homenaje a esa extraña complicidad.
Por encima de fáciles habladurías
nadie busca compartir el dolor ajeno
ni aceptar la menor responsabilidad en ese dolor
Vicente Zito Lema
Hay que cambiar a menudo de opinión para seguir del lado del mismo partido; pero no está al alcance de todo el mundo haber tomado un partido que merezca que uno le sea fiel.
Y aunque el corazón no sea el brioso animal que
Engúllame el cielo.
Quien ama, odia. Quien odia, ama. El resto: zombies.
Esqueleto, ¿tiemblas?
Temblarías más aún si supieras a dónde te conduzco.
Se han hecho leyes morales y estéticas para crear el respeto por las cosas frágiles. Lo que es frágil puede romperse. Probad vuestra fuerza por una vez, después os desafío a no continuar.
No podemos vivir eternamente rodeados de muertos y de muerte, y si todavía quedan prejuicios hay que destruirlos (no puede uno) encerrarse cobardemente en un texto, en un libro, una revista de las que ya nunca más saldrá, sino al contrario salir fuera para sacudir, para atacar (…) sino ¿para qué sirve?
La palabra una vez dicha se esfuma.
La máquina no genera memoria.
El gesto revolucionario trae conceptos al mundo. Los conceptos son maquinaciones que
crean historia y generan vida. Esto es la revuelta.
No me interesa tu reconocimiento
el día que tú me reconozcas
lo hará también la policía.
La rigidez profetiza la fractura.
La cualidad es la potencia.
La potencia es la antítesis de la normalidad.
La normalidad es la enfermedad.
La enfermedad es la madre engendradora de la muerte.
No hay salida, tenemos que matarla.
No te salves. No lo hagas. Deja que la noche abra sus ojos. Enamórate. Agárrate al temblor. Quema el mañana.
Quien se justifica, no convence.
No intentaré ya el que no me odiéis. He abandonado cierto estado de necedad, y ahora prefiero convertir ese odio en un pánico exclusivo que deseo de corazón profesar.
Si no fuera así, todo tendría todavía menos sentido.
Odiadme, odiadme. Haremos magia y encontraremos un final afilado para esta historia.
Cambio de juego.
Cambio de planes.
Echar por tierra lo aprendido.
Ser loco, perro, niño y estrella a la vez.
Va a costar el que me saquéis de vuestros sueños.
Aquello que Marx decía que entre la idea y la acción está el conflicto, es la verdad más precisa.
Ya no entiendo nada. No me doy por vencido, nunca.
Entonces caí enfermo, febril, enloquecido, según explicaron en el hospital, por el miedo. Era posible. Lo mejor que se puede hacer, verdad, cuando se está en este mundo, es salir de él. Loco o no, con miedo o sin él.
Quien no conoce la guerra, sólo puede conocer un amor amputado.
Ustedes no son yo.
No todos los individuos pertenecientes al género humano son iguales. De hecho, nosotros, con vosotros, no tenemos nada que ver.
Habitamos el mismo continuo de espacio y de tiempo, sin embargo no vivimos en los mismos mundos, ni percibimos o experimentamos lo que nos rodea de maneras siquiera semejantes.
Entre las miradas que gastamos se hunde un abismo.
No intentemos hablar, solamente hay y queda tristeza. No podría ser de otra manera.
No se trata nada más que de la eterna discusión entre lo posible y lo imposible.
Mis sollozos son la cuna de un gigante.
Croatan sigue siendo el tesoro de cuanto sueño y quiero.
Abandonaré la pena de haber perdido amores caminando tras él.
Para nosotros solamente amor.
Para nosotros solamente odio.
Las palabras giran en torno a corazones que arden.
La vida no nos da miedo, nosotros podemos abandonarla en un “relámpago”, y esto nos vuelve más libres que los dioses.
La quería, quería hacerla reír. La quería y sabía que iba a lograr el efecto contrario, yendo a parar a la mierda además.
Perdón por el monstruo que fui. Y perdón, ya de antemano, por el monstruo que seré.
No somos unos incomprendidos, se trata de algo más complicado… La comprensión de nuestras palabras causa terror.
Hay 10.000 historias en la ciudad desnuda. Y no todas tienen moraleja.
Seremos mujeres y hombres libres.
Lo seremos o el mundo será arrasado durante nuestro intento de serlo.
El sentido común sano es el más fiel colaborador de la dominación capitalista.
Y dijo su padre: “Mandé a mi hija al hospital, o al psiquiátrico, o a la residencia,… como se llame eso, aunque lo que es, es una cámara de gas. Entró viva y me devolvieron una camilla con un fiambre.
Me defiendo.
¿Saben ustedes algo?
Yo no vivo por inercia. El no-morir, me cuesta al menos una batalla al día.
Píenselo necios, quizá den con una respuesta para 100 acertijos.
El exilio es un largo insomnio.
Ha caído la máscara odiosa, el hombre queda sin su cetro: libre, sin coerciones, hombre igualitario, sin clase, sin tribu, sin nación, exento de toda casta, culto, orden. Señor de sí mismo, justo, noble, sabio… y sin embargo todo el mundo quiere respirar y nadie puede: muchos dicen respiraremos más tarde”… y la mayor parte no mueren porque ya están muertos.
Nos dirigimos hacia la inercia, la esterilidad del movimiento.
Voluntad.
Persistencia.
Nuevas formas de la violencia.
Mi vida es solamente mi vida si hago de ella una tea ingobernable.
Mis complejos, digamos así, de niño, me llevaron al arte, a la terapia del arte para la
Vida, me sirvieron para saber a qué dedicarme. No he querido psicoanalizarme nunca,
no he querido curarme. Creo que el hombre es un enfermo, o no es hombre.
La totalidad ha perdido el rumbo y en un movimiento incansable se sirve a sí misma en vez de al hombre.
Ofreceres. Ninguneos. Sustituibilidad. Prescindir-de. Yo hoy me siento totalmente intercambiable.
Prefiero no drogarme. Prefiero arriesgarme, a caminar como una zombie por la ciudad engordando el bolsillo de algún cabrón. Prefiero ser contradicción. Y dolerá (y duele), y me quedaré sola (y es que las masas son algo de lo que una debe aprender siempre a desconfiar). Ojalá dejasen mis amores de arrearme certeros salivazos en los ojos.
Quien quiera ir más allá deberá desaparecer.
La historia, lo que hasta ahora ha ocurrido, es la totalidad de lo falso.
Escribir su autobiografía, bien para confesarse, bien para analizarse o por exponerse ante todos, como una obra de arte, quizá sea tratar de sobrevivir, pero mediante un suicidio perpetuo - muerte total por ser fragmentaria.
Habito mi época sabiéndola pesadilla.
No, este mundo no tiene alternativa. O lo destruimos, o subsistirá siempre bajo distintos pellejos
El problema de la humanidad es que está demasiado humanizada.
Liberemos los zoos de nuestras almas.
Nos convertimos en disidentes en una civilización en la que el civis se encuentra en su lugar (institucionalizado), pero nunca tiene su lugar.
Al abolir la propiedad vivimos nuestro espacio en nuestro propio tiempo.
Semejante disidencia es una disidencia para siempre.
Si ella es la utopía acordémonos de que “eu-topia” significa: en ningún lugar.
Es el lugar que cada uno debe crear para sí mismo.
El objetivo de la solidaridad es el comunismo -el comunismo de cada uno y cada uno de nuestros comunismos.
¿Y la lucha final?
Es la lucha sin fin.
Sin esperanza.
Si la violencia del fascismo proviene de las acciones sin esperanza de causa, cuando la victoria es imposible, existe una violencia siempre posible de la anarquía en relación con la esperanza, ilusoria, de una liberación definitiva.
No nos queda más que la lucha.
Pero la lucha segrega su propio sentido.
Frente a todo reproche y frente a toda adversidad, de aquí en adelante tan solo responderé: es mi vida.
Es difícil dar con personas bellas. He concluido que sólo puedo buscarlas entre las filas de quienes firmemente rechazan lo establecido. Estoy enamorado del brillo que el “no” imprime a sus ojos.
Te chuparé la lengua, te lameré los párpados, te morderé la boca. Me tragaré de una tacada todos los gritos que se agolpan en tu garganta.
Todo pensamiento emite una tirada de dados.
ACTITUD. He aquí todo lo que yo ofrezco.
No, no soy normal: prefiero mil veces el odio a la indiferencia.
Ninguna mutación metafísica llega a producirse sin haber sido anunciada, preparada y facilitada por un conjunto de cambios menores, que en el momento de su coyuntura histórica pasan desapercibidos. Personalmente, me considero uno de esos cambios menores.
No hay otra poesía que la acción real.
Captar exactamente lo que está sucediendo en el lapso de un segundo es más decisivo que conocer con antelación futuros remotísimos.
A veces, la ira es lo único que te ayuda a sobrevivir.
Necesito fundar una nueva ontología. Sin embargo, todo parece ya pensado de antemano. No hay huecos ni fisuras. No encuentro a dios por ninguna parte. Estoy solo.
El recorrido de los recuerdos es accidentado y peligroso: y siempre dispuesto a traicionarte.
El adiós de la confianza produce monstruos, y yo los conozco a casi todos.
Cada día me levanto de mi cama con la única intención de ver las cosas como un criminal. Para mis ojos sólo existen cómplices o policías. Nunca doy la espalda a nadie y siempre tengo preparada una huída.
Aceptar es ser y yo lo acepté todo
todo
hasta eso que no queréis pronunciar por miedo a la
Para conseguir del hombre un juguete es necesario trabajarlo cuando es tierno: el enano se forma cuando es pequeño. Un niño derecho no causa risa, pero jorobado sí. Cogían al hombre y le troncaban en aborto; cogían una cara y la convertían en mascarón.
El dolor concede a algunas personas la sabiduría que la inocencia niega.
Tiemblo cada vez que pienso en ti.
Todos los días pienso en ti.
Luego, no hay día en que no me sacuda el temblor.
El decir desvanece, pero lo dicho subsiste.
Deja de decir que me quieres y quema una farmacia en mi memoria.
Y dijo el ilustre psiquiatra y tertuliano radiofónico: “Respecto a la esquizofrenia, quienes no toman medicación son una bomba de relojería”.
Cultivo con máximo esmero mi odio, y trato de elegir bien a los destinatarios de tan noble y complejo sentimiento.
El sabio y su ciencia están uncidos al aparato social, y su eficacia consiste en ser un momento del automantenimiento, de la continua reproducción de lo dado.
Si no hay mañana ni amanecer posible, ¿qué creyeron los amos que íbamos a hacer con nuestros días?
Ya brilla la belleza en nuestras armas.
Ya hemos comprendido que no hay diferencia alguna entre morir en la brutalidad de un momento, y hacerlo día a día.
Y no solo ponerme a cubierto de la pretensión de normalización inherente a todas la máquinas sociales: huir también de mí mismo como producto de esas máquinas -descodificarme. Mucho más que borrar de mi consciencia las huellas del Estado y sus aparatos: encarnizarme conmigo mismo, despedazarme si es preciso, hasta extirpar de mi cuerpo toda la represión social hecha piel, huesos, sangre. Identificar ahí la fuente del dolor, de la angustia; y reconocer que explorar el origen del sufrimiento es la forma necesaria de preparar la “última cura”. Intuir que al final del proceso me espera la Gran Salud de los niños. Y que sólo conservando la ingenuidad así conquistada podré aventurarme por los laberintos de la creación.
Vivo dentro de la fantasía heroica del fin del mundo y no sólo no quiero salir de ella sino que pretendo que los demás entren en ella.
Nada sabes de mis sueños. Nada podrías saber. Se trata de algo que te viene grande. No soy igual que tú. No soy peor que tú. Haz el cálculo de las posibilidades restantes. Avizora el futuro.
Cuanto más sufres más hijo de puta te vuelves. Es el fin de la ética del sufrimiento.
La teoría se basa en la experiencia.
La experiencia se basa en la teoría.
Si me pinchas, ¿acaso no grito? Si me haces cosquillas, ¿acaso no río? Si llueve, ¿acaso no me mojo? Si se marcha el sol, ¿acaso no se me oscurecen los cielos? Entonces… si me agredes, ¿acaso no me vengaré?
Cascan mis dientes piedras de blasfemia.
Y así, puesto que yo no puedo ser el enamorado que seduciría estos tiempos bien hablados, estoy determinado a ser el malo y el aguafiestas de estos días frívolos.
Mi amor no es pragmático. Mi amor es un delirio irracional. No tiene orden alguno. Mi amor es hijo del caos. Mi amor no falla. Mi amor es salvaje. Mi amor es locura en bruto. Es lo que tú no te esperas. Mi amor me lleva inevitablemente de la mano a un agujero en la tierra.
Ni siquiera Dios puede hacer que lo que una vez fue deje de ser.
Los chavales que queman coches han comprendido todo de la sociedad. No los queman porque no puedan tenerlos: los queman para no tener que desearlos.
No se puede estar siempre mirando.
Me reprochas el haberme rendido, el caminar por otro sendero que no es el tuyo, el hundirme en el dolor. No luché como esperabas, me alejé de las felicidades: no tengo ni tuve excusa alguna para rehusar el pensamiento. Arriesgué más de lo que crees. No entendiste. Nada. Ahora ni siquiera somos capaces de reconocernos el uno al otro. Mis conquistas no cuentan una mierda en el universo en el que vives... de nada vale el haber sobrevivido a las humillaciones de los interrogatorios psiquiátricos, el no dejarse encerrar, el abandonar esas pastillas que me convirtieron en un objeto inerte... y sobre todo, de nada te vale el que lo haya hecho pensando en ti y en tu amor.
Aquí sigo, peleando en este Mega-Gulag donde se ejecutan sueños a diario.
Aquí sigo, enamorado.
Una vez avanzar y otra retroceder. Una vez atacar y otra defender. Disgrega a tu adversario, atácalo mientras inspire. Avasállalo, no le des tiempo de reordenar sus ejércitos. Cambia permanentemente tus estrategias. Ataca a lo alto y luego a lo bajo, y después al medio. Varía el ritmo de tus ataques. Una vez rápido y otra vez lento. Una vez lento y otra vez inmóvil. Que tu adversario no sea capaz de tocarte, pero que sienta el poder de tus golpes.
Necesitamos sin fin apropiarnos de lo que somos a través de las expresiones múltiples de nuestro deseo de ser.
Es muy fácil hacerse nihilista. Es muy fácil enamorarse de la muerte (los legionarios también lo hacen). Por el contrario, lo hermoso es siempre complicado. Arrebatar la vida de las garras del amo, he aquí la tesis fundamental de la revolución.
Siempre entendí mi relación con los demás como una guerra. El día que la paz llegue estaré muerto. Aunque mi corazón siga latiendo.
No me diréis que aprecio demasiado el tiempo presente; y si aún de él no desespero, es simplemente a causa de su propia situación desesperada, que me llena de esperanza.
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendría la muerte y el reposo.
Quizás algún día tenga que tragarme mis palabras. Pero al menos tendré algo que llevarme a la boca que no sea este aire sucio contaminado.
Pretendo que mires alrededor y te des cuenta de la tragedia. ¿Cuál es la tragedia? La tragedia es que ya no hay seres humanos, hay extrañas máquinas que chocan unas con otras.
Nunca me olvides nada.
Nunca me perdones nada.
Yo no voy a hacerlo.
Siempre estamos buscando. Creo que ahora estamos a punto de encontrar.
En la batalla perpetua, pensaré en ti.
Porque persigo la belleza y porque creo con firmeza y arrogancia que ésta se llama anarquía: jamás aceptaré ser capricho ni del mercado ni de tus quereres.
SI LIBERTAD SIGNIFICA ALGO, ES EL DERECHO A DECIRLES A LOS DEMÁS LO QUE NO QUIEREN OIR.
[George Orwell. In Memoriam.]
11.10.07
No escribas nada si no te aplastó la vida con su peso muerto, si no tienes cicatrices de tiempo que te fueron dejando todos esos días vagabundeados sin ton ni son por los pabellones del gran shopping que es el mundo o si de casualidad o porque estabas distraído no fuiste testigo cuando a otros los arrasaban, los labraban con todos esos aparatos del demonio que la tecnología cría y seguirá criando hasta completar los objetivos del siniestro plan que algún día, algunos de nosotros, sabrá exactamente como se diseñó.
Soy todos esos héroes inventados por amigos desconocidos: no me canso de ver las películas de Scorsese que cuentan las historias que yo hubiera contando. Soy Joe Pesci pateando las cabezas de quienes me faltaron el respeto en Los Buenos Muchachos, estoy gatillando mis pistolas sobre los proxenetas en Taxi Driver, porque fracasé en mi intento de asesinar al presidente, el psicópata que corrompe a la nena metiéndole el dedo en la boca en Cabo de Miedo y también fui cualquiera de los muchachitos aprendices del delito en Calles Peligrosas…
Soy el río primaverante que fluye torrentoso en las páginas de Primavera Negra de Henry Miller, ese río que penetró mi vida inundando mis prejuicios, aliviando mis dolores, proponiendo nuevas aventuras y viejas humillaciones; soy William Burroughs que se introdujo como una jeringa en mi mente inyectando la sutil paranoia de los fantasmas alienígenas que nos habitan, esa búsqueda imposible del proyector de imágenes que estructuran esta pesadilla convivencial del mercado común parejístico familiar societario…
No tengo un pico que ver con maricones sicoanalizados, soy ese borracho, ese tipo que se parece a un mono, que se emborracha todos los días y cada tanto le chupa la concha a una mujer.
Para nosotros que no tenemos un pedo de ganas de que nos lo cuente Joyce o Proust con sus 2.654.345 detalles, para nosotros que se nos ha roto la silla donde estábamos sentados frente a la puerta de la eternidad, esperando la oportunidad de jugarnos el tiempo y lo perdimos, ya no nos queda tiempo para apostar en entretenimientos literarios, no queremos que nos distraigan mientras miramos y estudiamos este siglo de aburrimiento que han empezado a proyectar sobre las pantallas de todo el mundo, no nos distraigan con pajerías literarias.
Escribimos porque no queda otra. Hay que estar loco para creer que la literatura es importante, que la poesía es trascendente, que el artista no es algo que salió por el mismo hoyo desde donde salen las albóndigas y los tornillos.
Escribir es pura mierda. Todo escritor sabe que tiene que irle muy mal en la vida para escribir algo más o menos decente. Eso es el escritor: un jodido desgraciado que le reza a las entrañas para que transforme los pedos en palabras, que le ruega a su carne que haga fracasar los planes de la bestia.
¿Por qué escribes? Porque no hay aventuras ni barcos piratas y la guerra que hay declarada no tiene bandos ni pandillas ni hordas ni héroes y sólo es un saqueo permanente e invisible de tu combatividad. Y además no te llevas bien con las mujeres.
No queda otra cosa que escribir. Y llevas tu orgullosa navaja lustrada como zapatos de baile, listo a golpear a los maricones con guardaespaldas porque tienen miedo porque no tienen lo que tú chorreas: sangre y huevos; esos que venden vales para que compres esas chorradas mariconas que tanto te gustan.
Voy esperando que un poco de refrescante sangre corra por los rayos catódicos de este perverso complot y te moje los ojos.
La sangre es la única poesía que fluye como un río y por donde alguna vez nos escaparemos de noche, hasta perdernos para siempre…
¡JA!
Lancelot Lhin (gracias Symns)
P.D.: Buuuuuuuu!!!